En pleno 2023 somos conscientes de que los recursos naturales son limitados. Ante la situación del abuso de consumo de estos y la producción de residuos, ha nacido el término economía circular, que no es más que un modelo sostenible y económico de carácter cíclico. Este término a la arquitectura supone optimizar la vida de cada material reduciendo así el impacto ambiental. Por esto, el diseño arquitectónico debe de hacerse cargo de una declaración ambiental, enfocándose en todas las etapas que intervienen en el proceso: fabricación, diseño, construcción, uso, mantenimiento y fin de la vida útil. Esto requiere conocer con precisión los atributos de cada material a emplear. Hoy en día no existe ninguna ley que implique obligatoriedad en este sentido. Es más bien un aporte positivo para todo aquel que en lugar de restar, quiera sumar a favor del ambiente. Existe el edificio Gonsi Sócrates que el 88% de los materiales empleados podrán ser extraídos y comercializados cuando el edificio se destruya. ¿Cómo se ha logrado? Pues el empleo de materiales libres de componentes tóxicos y el empleo de elementos prefabricados. Principalmente el hecho de emplear elementos prefabricados influye positivamente en la reducción de residuos en obra y minimizar la afección sobre el medio ambiente. Además de que ayuda a optimizar el empleo de material de manera que influye en un ahorro económico y al realizarse en serie estos productos requieren menor necesidad energética. Se han dado a conocer poco los edificios que han sido realizados bajo este concepto. Algunos de los grandes edificios o más conocidos han sido concebidos a partir de los términos explicados anteriormente: Apple Park, en California; Alliander, en Duiven; The green house, en Utrech; o Bank of America, en Nueva York. |